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Por su parte, la coordinadora del Centro de Día de Mayores, Sofía Rodríguez, asegura que el proyecto tiene como objetivo “hacer actividades de ocio fuera del Centro, así como fomentar la cohesión grupal y llevar a cabo ejercicios de rehabilitación en el agua”.
 
“Las jornadas se han desarrollado, en su mayor parte, en la piscina de Bajamar, ya que dispone de grúa para introducir y sacar a usuarios y usuarias con limitaciones motóricas. Allí pudieron disfrutar del agua, del mar, de la costa. Aunque pudiera parecer que es lo más normal, porque estamos en verano, para estas personas es algo realmente especial. De hecho, muchos de ellos hacía años que no se acercaban a la playa. Incluso recordar las sensaciones de flotar en el agua se vuelve extraordinario”, destaca la concejal de Bienestar Social de la Villa.

Las dificultades que conlleva la realización de actividades como ésta no se pueden obviar: desde problemas con la accesibilidad, hasta la complejidad de movilizar a personas dependientes o enfermos de alzheimer, a los que hay que atender especialmente porque no es el contexto al que están habituados. Sin embargo, los beneficios son tan grandes que estas dificultades se vuelven imperceptibles ante la satisfacción de verlos disfrutar.


Rehabilitación en el agua

Los beneficios del mar se multiplican cuando hablamos de personas mayores. Por ello es tan importante la realización de jornadas como las que ha llevado a cabo el Centro de Día de Tegueste. Las ventajas son tanto físicas como psicológicas. Por un lado, los ejercicios de rehabilitación en el agua mejoran la movilidad, ya que la gravedad es menor, por lo que las articulaciones sufren menos. Este mismo hecho también provoca que la actividad en el agua sea excelente para las personas con problemas de artrosis, porque trabajan a nivel muscular sin causar daño a nivel articular.

Por otro lado, el agua fría predispone el cuerpo a la relajación, dado que estimula el sistema nervioso autónomo parasimpático. Por último, no podemos olvidar los efectos psicológicos de poder flotar, especialmente para las personas con movilidad reducida, ya que les otorga mayor autonomía.  

Calidad de vida
El objetivo del proyecto es mantener el mayor tiempo posible la autonomía física y mental de los y las mayores, aumentando así su calidad de vida. Lo más importante a estas edades es utilizar una gimnasia que busque movilidad articular, relajación muscular, creatividad y relación social. Para ello, la actividad acuática es ideal.

Los elementos distintivos del ejercicio en el agua ofrecen una variación de tareas motrices con una riqueza de resultados impresionantes: mejora de la circulación sanguínea, así como de las funciones cardíacas y pulmonares; estimulación del metabolismo; tonificación muscular; mejora de la movilidad articular; mayor coordinación de movimientos; adquisición de nuevas experiencias en movimientos de ingravidez; descarga de la columna vertebral y relajación.

Hay que destacar la diferencia entre el proceso natural de envejecimiento y la actitud positiva de las personas para afrontar los cambios degenerativos. Un estilo de vida caracterizado por la actividad, el optimismo y los hábitos saludables ayudan extraordinariamente a superar posibles depresiones y a aumentar su bienestar durante estos años.

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