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Acto seguido, las seis agrupaciones presentes esta mañana en la Villa (Danza de las Flores de Tegueste, la Danza Guamasa, la Danza Tradicional Cintas de Arico, la Danza de San Diego, la Danza de Las Mercedes y la Danza de Cintas de San Joaquín de Fasnia) bailaron a lo largo de la calle Prebendado Pacheco hasta la rotonda que se encuentra en la carretera general, lugar donde se descubrió el monumento dedicado a la Danza de las Flores.

La escultura que forma parte del proyecto de “museo al aire libre” que está llevando a cabo el Ayuntamiento para colocar monumentos, a lo largo de la carretera TF-13, en honor a las principales señas de identidad del municipio, y en un repaso por varios siglos de su historia, como la Danza de las Flores, la Lucha Canaria, los Barcos o los viticultores, entre otros. La escultura en homenaje a esta danza tiene un acabado en bronce patinado. Nació a partir de una fotografía de José “El Tamborero” y, a partir de esa instantánea, se diseñó su armazón metálico para, posteriormente, forrar todo el monumento en barro.

Durante la inauguración del monumento, el alcalde de la Villa destacó la figura y la “honestidad” de José González Hernández, “El Tamborero”, el que fuera director de la danza durante más de 60 años. Molina hizo hincapié en su lucha por mantener esta tradición y agradeció a sus familiares y amigos que hayan mantenido vivo su legado. La Danza de las Flores baila a la salida de San Andrés

“La Danza de las Flores es un testimonio palpitante de la idiosincrasia teguestera y muestra viva de que la herencia cultural de un pueblo campesino y ganadero sigue presente en la fiesta de hoy y constituye un hermoso legado para las generaciones futuras”, aseguró el alcalde teguestero.

La existencia de la Danza de las Flores (danzas de Tenerife) se documenta desde el siglo XVI y su baile no se ejecuta ni con cintas, como sucede en Güimar, Fasnia, La Mercedes o La Orotava, ni tampoco con varas, que son propias de la comarca de Abona y arraigadas en los barrios granadilleros de Chimiche y Las Vegas. Tan sólo en la Villa de Tegueste se ha conservado con arcos y desde aquí, en el pasado siglo, se trasladó por un teguestero a Guamasa.

La Danza consiste en unos arcos adornados de flores y lazos con diferentes matices sujetos a un mástil. En la parte superior lleva un penacho de flores como si fuera una corona. Alrededor de éste danzan los bailarines el tajaraste al son del tambor y las castañuelas. Al tajaraste, antiquísima danza, se la relaciona con antiguos ritmos populares de tambor y, en particular, con el de una danza barroca europea llamada precisamente “le tambourin”.

La ejecutan de seis a doce bailadores, siempre en número par, vestidos de blanco con sombrero penacho de plumas y sobre el dorso dos anchas bandas de seda de diferentes colores, anudadas y colgando por los laterales.

La confección de la decoración de los sombreros y arcos ha sido realizada, artesanalmente, por los propios integrantes de la danza y, además, utilizando los mismos procedimientos que sus antepasados. En ella sigue vivo el recuerdo y la escuela creada por don José González Hernández, “El Tamborero”, su director por espacio de más de 60 años. Actualmente, su hija Carmen González, es la directora y los 19 componentes que la integran son todos miembros de la familia de “los tamboreros”.

Tal ha sido la importancia de su presencia a lo largo de siglos que, no hace muchos años, el Ayuntamiento de la Villa le otorgó la Medalla de Oro de Tegueste, atendiendo a la prestación de servicios destacados y de gran valor cultural, etnográfico y social mantenidos a lo largo de siglos y que han redundado en beneficio de la comunidad vecinal.

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