La Danza de las Flores consiste en unos arcos adornados de flores y lazos con diferentes matices sujetos a un mástil. En la parte superior lleva un penacho de flores como si fuera una corona. Alrededor de éste danzan los bailarines el tajaraste al son del tambor y las castañuelas. La ejecutan de seis a doce bailadores, siempre en número par, vestidos de blanco con sombrero de penacho de plumas y, sobre el dorso, dos anchas bandas de seda de diferentes colores, anudadas y colgando por los laterales.
La confección de la decoración de los sombreros y arcos ha sido realizada, de manera artesanal, por los propios integrantes de la danza y, además, utilizando los mismos procedimientos que sus antepasados.