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José “el Chico” era una de esas personas muy apreciadas y queridas en su barrio de La Padilla. Su apodo le vino debido al segundo apellido de su madre y, también, por no ser una persona de gran tamaño. Nacido un 18 de julio de 1910, su contribución y ayuda a su barrio durante toda su vida (falleció el 14 de abril de 1981) le convirtieron en una persona querida y admirada entre sus vecinos.

Durante el acto, el alcalde de Tegueste, José Manuel Molina, destacó la figura de José “el Chico”, una persona “excepcional y siempre dispuesta a colaborar con los vecinos que los necesitaran”. Además, Molina resaltó la “unión” demostrada por el barrio de La Padilla para llevar a cabo iniciativas de este tipo, como la de dar el nombre de la plaza a su vecino más ilustre.

Muy apreciado en su barrio, José Galván González montó la primera venta en los años 30 del siglo pasado, sitio que se convirtió en el lugar de reunión para los vecinos de La Padilla. Se distinguió, en todo momento, por ser colaborador con sus vecinos en diferentes cosas: ayudaba a leer o escribir cualquier documento, fiaba los productos de su tienda hasta que el vecino recolectara su cosecha o matara algún animal para pagarla en “trueque”; en un cuarto detrás de su tienda, por las noches, enseñaba a un grupo de gente a leer y escribir. También fue el barbero del barrio. El alcalde de la Villa durante su intervención en el acto

Su venta era el lugar escogido por los jóvenes para enamorar y, además, era el sitio de control de la Guardia Civil que tenía que recibir el cuño, al pasar de servicio, llevaba el racionamiento de los barrios de La Padilla y El Portezuelo. Su coche, de los primeros del barrio, fue suyo y de los vecinos, que lo utilizaban para desplazarse y cargar mercancía.

En los años 40, José Galván González gestionó la tanquilla para que el pueblo recogiera el agua del canal de Araca, y en los años 50 donó terrenos para lo que en la actualidad es la entrada de La Padilla. Además, a mediados de los años 60, gestionó la instalación del tendido eléctrico de La Padilla y el tanque de agua en El Portezuelo; la red de abastecimiento fue costeada por los vecinos de este barrio y de la parte baja de El Portezuelo. A José Galván González le acompañaron en esta labor una directiva que, entre otras personas, estaban personajes ilustres como Domingo Ríos, Juan Hernández y Sandalio Galván, entre otros. En el año 1977, también gestionó las obras de uno de los puentes del barrio.

Hoy en día, la venta de “José El Chico” sigue abierta y por ella ya han pasado dos generaciones. A pesar de que han transcurrido casi treinta años desde su fallecimiento, son muchas las personas que siguen recordando a José Galván González como una persona excepcional, siempre dispuesta a colaborar con los vecinos que los necesitaran.

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