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Don Fermín CedrésEn su etapa de mayor actividad artística, asumió la dirección de la Banda Musical de la Sociedad El Porvenir, para la que escribió valses y piezas cortas, que fueron interpretadas por esta formación en sus actuaciones, antes de su disolución en 1906. Ya desde un año antes, Fermín Cedrés compaginaba la dirección de esta Banda con la de la pequeña Orquesta y Coro del Ateneo de La Laguna, logrando con su paso por la misma una notable aportación a la historia musical de Canarias.

Dio un salto importante en su trayectoria profesional, en relación con la dirección musical, ya que, si bien hasta entonces se centraba únicamente en la adaptación musical de tiempos para instrumentos, pasó posteriormente a combinar dicha labor con la de dirección de un cuerpo de voces, logrando una excelente conjunción de instrumentos y coros, que refuerza su condición como músico y contribuye a enriquecer su etapa como compositor, ya iniciada a principios de siglo.

También ocupa lugar destacado su dedicación a la enseñanza musical, ejerciendo como profesor de música e impartiendo clases a alumnos tan destacados como Julio Navarro Grau, y transmitiendo sus conocimientos a su propio hijo Fermín Cedrés Nóbrega quien, continuando la tradición de su antecesor, participó decisivamente en el engrandecimiento musical de La Laguna, fundando, junto a otros músicos, el reconocido Orfeón La Paz de La Laguna..

La obra musical de Fermín Cedrés, que no es prolija, se centra en temas de carácter indudablemente religioso, sobresaliendo, entre otras obras, las Letanías o unas Plegarias que se cantaban en el Convento de Santa Catalina.

 

“LO DIVINO” DE FERMÍN CEDRÉS.

La gran relevancia popular de Fermín Cedrés se debe a la recopilación y adaptación de la música del célebre villancio Lo Divino.

La Navidad canaria no se concibe sin la presencia de este señero y entrañable villancio que goza de popularidad regional y cuya partitura se conserva en el convento de las Claras, Orfeón La Paz y en el Archivo Diocesano de La Laguna..

Fermín Cedrés logró con su trabajo mantener un legado popular de la época navideña no solo en su aspecto musical sino también como trasmisor del espíritu de La Navidad, perpetuado en los típicos Grupos de Lo Divino que, con su singular mensaje, recorren los barrios de nuestras islas.

En cuanto a la letra, algunas monografías lo atribuyen a los escritores Ramón Gil Roldán, Diego Crosa “Crosita”, al Presbítero Santiago Martín Beyro y al cantante Néstor de la Torre. Sin embargo, también hay trabajos, como el que realizó María Victoria Hernández (Diario de Avisos del 16, 23 y 24 de diciembre de 2001), que se la atribuyen al cordobés Antonio Fernández Grilo, según un poema compuesto en 1871.

Es posible que los poetas canarios tuvieran algo que ver en la primera parte de la letra que no corresponde al cordobés. Concretamente la primera cuarteta “Anunciar nuestro cantar”, aunque otros opinan que pertenece sólo a Gil Roldán.

Señalan distintos autores que este villancico se preparó y adaptó, en Santa Cruz de Tenerife, por Fermín Cedrés Hernández, a principios del siglo XX, con motivo de la celebración de un festival a beneficio del Hospitalito de Niños.

Lo realmente importante es que llegado el mes de diciembre, en muchos lugares de Canarias, en sintonía con las señaladas fechas, grupos musicales recorren las calles y templos anunciando la Buena Nueva, el Nacimiento del Niño. Estos grupos de vecinos y vecinas reciben el nombre de “grupos de Lo Divino” (también conocidos en Tegueste como “Tandas de Lo Divino”) y con las costumbres de cada lugar y el transcurso del tiempo han dado distintas variantes a este villancico que es, sin lugar a dudas, el más representativo de la Navidad Canaria.

En todo esto, mucho ha tenido que ver un insigne teguestero: el músico Fermín Cedrés Hernández

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