Comparte esta noticia:Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on email
Email
Share on google
Google

Durante el acto de clausura de la escuela taller, su director Enrique Bermúdez Bethencourt, natural de Güímar, aseguró que «cerramos un proyecto con la tranquilidad de haber dejado un legado importante, que refuerza el trabajo desempeñado por el Ayuntamiento para la puesta en valor de nuestro medio rural y que contribuye a que la sociedad mire de frente al campo».

En este sentido, resaltó que esta escuela taller «siempre tuvo vocación de ser algo más que una escuela, y el grupo humano que me ha acompañado lo ha hecho posible». «Este proyecto representa la fusión de todo lo que he trabajado con la Agencia de Desarrollo Local y sabía de la responsabilidad que suponía llevarlo a buen puerto, pues de el dependía consolidar el amplísimo programa que el Ayuntamiento tiene para la promoción y la dignificación del sector primario y los productos de la tierra», destacó Enrique Bermúdez.

Por su parte, el alcalde de la Villa, José Manuel Molina, indicó que el municipio, con este tipo de proyectos formativos, «se ha convertido en un referente comarcal e insular en la puesta en marcha y desarrollo de este tipo de proyectos» y que gracias a esta labor formativa, «Tegueste está posicionado en primera línea en la isla de Tenerife en materia vitivinícola, gastronómica, medioambiental y en la potenciación de los productos locales».

La concejal de Desarrollo Local del municipio, Marcela del Castillo, hizo hincapié por su parte en que estos proyectos «han transmitido valores esenciales a un conjunto de jóvenes del municipio, permitiéndoles su inserción laboral y evitando su exclusión social». Además, los alumnos durante su formación «han puesto en práctica valores como el esfuerzo, el sacrificio, la solidaridad y el compañerismo como piezas angulares de lo que ha sido, es y será su paso por este proyecto», destacó la edil.

Fondo Social Europeo

La Escuela Taller de Servicios Rurales de Tegueste, proyecto cofinanciado por el Servicio Canario de Empleo (SCE) y el Fondo Social Europeo, ha sido una herramienta promovida por el Ayuntamiento y que se suma al amplio historial y tradición que posee la Villa en formación ocupacional. Esta escuela, que inició su andadura en el mes de octubre de 2010, ha cubierto las necesidades en el aspecto social y medioambiental de la Villa. La escuela taller ha tenido dos especialidades formativas, una destinada a gastrónomo rural, y que contó con 14 alumnos; y otra de jardinero y restaurador del paisaje, con los restantes 18 alumnos.

La escuela taller ha tenido un marcado fin social, ya que uno de sus objetivos fue el de cubrir las necesidades básicas alimentarias de colectivos de discapacitados, dependientes o desfavorecidos, y rescatar el recetario tradicional del municipio, además de generar una nueva relación de alimentos y preparados gastronómicos para su transferencia al sector de la restauración.

Con su especialidad de cocina, la escuela taller cubrió una necesidad básica alimentaria para algunos colectivos del municipio, en concreto, discapacitados con baja capacidad de movilidad, dependientes que no contaban con una red familiar de apoyo o personas desfavorecidas con escasos recursos económicos. Con la especialidad de paisaje se procuró un tratamiento de integración paisajística de los diferentes proyectos o iniciativas del Ayuntamiento como la Finca-Parque Agrícola Los Zamorano, los senderos o los itinerarios agroambientales.

Ir al contenido