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Estos documentos son analizados en el tercer Boletín del Archivo Municipal de la Villa, un proyecto pionero en Canarias con el que la Corporación local quiere poner el patrimonio documental de la Villa al alcance de todos los vecinos. Una iniciativa que se enmarca dentro del proceso de organización del archivo, apartado al que el Consistorio dedica especial empeño, como es la difusión de su patrimonio documental.

Los hechos analizados en este tercer boletín se producen en una época, el siglo XIX, en la que, diversos municipios de Tenerife desaparecieron como tales, siendo la mayoría de ellos en el entorno de Santa Cruz y de La Laguna. La nueva organización territorial configurada por las Cortes de Cádiz (1812) por la cual Tenerife de dividió en municipios independientes, constituye el germen de los municipios actuales.

Una de las características de las delimitaciones de los nuevos territorios municipales era su correspondencia con la división eclesiástica en parroquias, aunque con excepciones (Punta del Hidalgo, Valle de Guerra). En el caso de Tegueste, la ermita de San Marcos Evangelista adquirió el título de iglesia parroquial en 1606, y su configuración como municipio coincide con el territorio de la primigenia parroquia, lo que supone que en 1813, fecha de constitución del primer ayuntamiento en Tegueste, sólo existía la parroquia de San Marcos. Sin embargo, antes de 1700, la zona de Tegueste el Nuevo (incluyendo esta denominación a los barrios de El Socorro y El Portezuelo), seguían dependiendo de la parroquia matriz de Nuestra Señora de La Concepción en La Laguna. Otro de los textos hallados en el archivo

Es en esta división de la jurisdicción eclesiástica del territorio teguestero donde radica el origen del conflicto entre La Laguna y Tegueste por la pertenencia de la zona de la Cruz Chica. El conflicto comenzó en 1857, por el interés de los habitantes de la Cruz Chiquita para ser declarados vecinos de La Laguna. La solicitud la encabeza Cristóbal Ríos, un vecino que vivía en las inmediaciones del barranco de La Centinela; una petición a la que posteriormente se suman otros cuatro vecinos más: Gregorio Suárez, Galván, Miguel Gómez y Juan Lorenzo Díaz.

El Ayuntamiento de La Laguna, al igual que los vecinos, alega que los solicitantes son todos habitantes de la ciudad por su pertenencia “desde tiempo inmemorial” a la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción. Por su parte, el consistorio de Tegueste alegó, por el contrario, que la jurisdicción eclesiástica no tiene por qué coincidir con la civil, argumentando también que estos vecinos estaban incluidos en los padrones de la Villa y pagaban sus contribuciones en el municipio teguestero.

Debido a los argumentos contrarios de los dos ayuntamientos, enfrentando asimismo a los responsables de las parroquias, el caso terminó llegando a la Diputación Provincial de 1865, solicitando a cada ayuntamiento que expusiera sus argumentos. Desde el consistorio de Tegueste se alega la diferencia clara de la autoridad civil y la eclesiástica, asumiendo que un vecino puede pertenecer a una parroquia diferente a la de su pueblo, sin que ello implique el cambio de jurisdicción civil.

Este caso seguirá con un nuevo conflicto entre ambas parroquias, un hecho que será tratado en el cuarto Boletín del Archivo Municipal de Tegueste. A la larga, los vecinos de “la Cruz Chiquita” acabaron integrándose en el municipio de La Laguna.

El tercer Boletín del Archivo Municipal no es más que otro paso para seguir descubriendo la historia de la Villa. El archivo municipal guarda entre sus papeles mucha información; documentos muy ricos, diversos e importantes que son una invitación para los que han querido desentrañar la historia de Tegueste.

Con los trabajos iniciados hace dos años se pone a disposición de toda la ciudadanía una amplia información que dará testimonio de hechos ocurridos desde la fundación del municipio. interior del Archivo Municipal de Tegueste

Una de los objetivos marcados en la Corporación local desde hace muchos años es dar a conocer nuestro Archivo Municipal y el trabajo que en él se desarrolla. Paralelamente a ello, también existe un compromiso en el ámbito de la investigación histórica y en la de su difusión.

Con este tercer número se da un paso más, cumpliendo con el reto de seguir con la publicación de una edición seriada de boletines que sean una ventana abierta hacia la ciudadanía, reflejando, de este modo, la importancia y trascendencia del Archivo y de los fondos documentales que en él se custodian, fundamentales tanto para el conocimiento de nuestro pasado como para el análisis y la comprensión de nuestra sociedad actual.

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